Dientes de tiburón

En el año 1997 decidimos ir de veraneo a un camping de Conil de la Frontera (Cádiz) con unos amigos, era una época en la que estudiábamos y no teníamos mucho dinero así es que ir de camping era la mejor forma de ahorrar...Serafín y yo fuimos en nuestro coche y ellos (Sara y Raúl) en el suyo...lo lógico para economizar viaje, ja, ja, ja.

Sara, Raúl y yo en una calle de Conil. La roca del fondo es una duna fósil.
A la altura del peaje de Jerez el coche de ellos se estropeó, pero como Raúl es mecánico y sabía que le había pasado a su coche en cuanto vino el de la grúa lo repararon.

Reparación del coche de Raúl.
Era pleno Agosto, hacía un calor tremendo y con la avería del coche se nos había echado encima la hora de comer cuando por fin llegamos al camping, le echamos una ojeada y....¡¡que horror!! ¿y aquí hay que pasar el verano?. Finalmente y por votación decidimos buscar otro por los alrededores que estuviera mejor acondicionado.

Camping donde pasamos el verano.
Nos volvimos a subir a los coches y continuamos la marcha cuando...tomando una curva de la carretera el coche comenzó a patinar, yo giraba el volante para mantenerme en mi carril y corregir la dirección pero el coche no respondía, daba vueltas y vueltas sin parar de un carril a otro y girando sobre sí mismo (lo que vienen siendo unos trompos), parecía que íbamos a volcar y....acabamos en la cuneta en una zanja llena de arena de playa.

Por suerte, no nos pasó nada y enseguida Sara y Raúl que circulaban detrás vinieron a ayudarnos, únicamente una rueda de mi coche se pinchó y hubo que cambiarla. Un aldeano que pasaba por allí y nos vió, enseguida vino a decirnos que sacáramos el coche de la zanja cuanto antes, que ahí cada media hora acababa un coche tal y como había quedado el nuestro....lo tomamos a broma pero, por si acaso, lo quitamos corriendo.
A los cinco minutos de habernos quitado...zas, otro coche en la zanja....¡Que razón tenía el hombre!.
Eso si que es un punto negro en la carretera y lo demás tonterías.

Inciso: os preguntaréis que narices tiene que ver un tiburón con esta historia...paciencia, ahora viene.

A empujones llevamos el coche a un solar cercano para cambiar la rueda. Sera y yo teníamos los nervios a flor de piel y la verdad, no teníamos cuerpo para cambiar la rueda. Raúl viendo nuestro estado decidió echarnos un cable y se puso manos a la obra.

Para colmo la rueda de repuesto, como en casi todos los coches, estaba situada en el fondo del maletero, el cual estaba a rebosar de maletas y utensilios varios de camping (parecíamos salidos de la operación "paso del estrecho"), así es que mientras vaciábamos el maletero y dejábamos las maletas por el solar, y Raúl comenzaba a quitar la rueda, Serafín se agachó a atarse el cordón de las zapatillas y....¡¡sorpresa, un diente de tiburón en el suelo!!, corriendo vino hacia mí a enseñarme su hallazgo.

En ese momento a Serafín y a mí se nos quitó el susto, el nerviosismo y todo...solo pensábamos en una cosa: encontrar más. 

Algunos de los dientes encontrados.
Mientras Raúl y Sara sudaban la gota gorda con la rueda, que además tuvieron que sacar también todas sus maletas porque necesitaban sus herramientas para la reparación, que también estaban al fondo de su maletero, el cual también estaba hasta arriba de cachivaches, Sera y yo, como si el coche averiado no fuera el nuestro, decidimos investigar las arenas de aquel solar a conciencia y empezaron a aparecer más fragmentos e incluso dientes completos es un estado de conservación excelente.

El diente más grande que encontré.
No nos lo podíamos creer, cada vez encontrábamos más, uno de hasta 5 cm de altura. Recogimos una veintena de dientes completos y muchos fragmentos.

Ahora sí que apreciáis lo grande que es ¿no?.
Raúl y Sara no daban crédito a lo que sucedía...ellos reparando la rueda y nosotros, totalmente poseídos, recogiendo piedras del suelo. Fijaros si estaríamos obsesionados buscando dientes que cuando Sara y Raúl terminaron la reparación y volvieron a meter todo en los maleteros quedó una maleta sola enmedio del solar, así es que Sara le preguntó a Sera:

Sara: Oye Serafín ¿esta maleta es vuestra?
Serafín: no, será de otros.

...ooolé, con un par, anda qué!!....como si eso fuera la T-4.

Esa respuesta de Serafín se ha convertido ya en un clásico, y siempre que la recordamos no paramos de reírnos. Fue todo tan surrealista!!.

Al final cuando casi anochecía encontramos otro camping, muchísimo mejor que el primero, y ahí pasamos el verano.

Mi coche y el camping definitivo.
Dedicamos esta historia a Sara y Raúl, gracias por el aguante que tuvísteis y la ayuda que nos prestásteis.

2 comentarios:

  1. Jajaja, me parto, doy fe de lo que dices, fue así tal y como lo cuentas, qué bien lo pasamos ese verano. Nuevamente me he reído mucho con tus historias, personalmente me ha hecho mucha ilusión que publicaras esto. Los dientes de tiburón gaditano es un clásico de nuestros recuerdos, eso y los aragonitos. Gracias a vosotros por ser tan buenos amigos y enseñarnos tantas cosas.

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  2. Muuuchas gracias Sara. Seguro que compartiremos juntos más historias.

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